miércoles, 24 de febrero de 2010

A todos los que somos padres en algun momento nos atraveso...



INCONDICIONAL





Tarde de febrero

calor, humedad, aturdimiento

mil preguntas

milagrosas respuestas…

Me vi en tus ojitos.

que aun te costaba abrir

me encontré en tu llanto,

repare en tu arrullo

simplemente te sentí.

Advertí que tus deditos alborotados

me buscaban

para moldearse en mi.

Mirándote embelesada

te respondí con la voz entrecortada de llanto

“para siempre estaré”

y así ha sido…

….aun es así

Desde aquella tarde de febrero

el tiempo se me diluyo entre las manos

Mientras te miro,

te escucho,

te siento,

Me sorprendo con verte crecer,

con el cambio de tus rasgos,

la transformación de tu apariencia

Y aun así…

el “ para siempre estaré”

vive invulnerable en los dos.


m.k

sábado, 20 de febrero de 2010

Mi hermano mayor






ESPACIO DE CUENTOS...



Los invito a leer otro de mis cuentos.



Agradezco la participación en imágenes a Manuel ( mi sobrino) y Facundo ( mi hijo).







Mi hermano mayor.


Me fui caminado despacio, silbando y con las manos en los bolsillos del pantalón, como me gustaba.
El se quedó ahí sentado en el banco de la plaza que un rato antes yo había elegido. Ni me miró cuando me iba.
Mi recorrido comenzó por la calle Juramento, entré en la heladería de la esquina. Pedí un enorme helado de chocolate. Me senté tranquilo. Lo saboreé todo con muchas ganas. Me sentía feliz. Libre. Solo.
Salí del lugar silbando una de mis canciones preferidas. Caminé por la avenida Cabildo. Entré en un ciber, me puse a jugar.

Mi hermano era diez años mayor que yo. Tenía una discapacidad mental incurable, según oí desde chico. No había terapia, ni rehabilitación para su mal. Su mal que mis padres lo derivaron en mí. Yo era el “normal”, debía cuidarlo, sacarlo a pasear, protegerlo.
Mi cruz se me hacía muy pesada. Es que mis padres no entendían que yo sólo tenía catorce años, que tenía derecho a las salidas con mis amigos, con alguna chica. No, no lo entendían.
Se estaba haciendo de noche. Mis bolsillos ya no tenían monedas ni el billete que me había dado la abuela Irene. Debía regresar a casa, pero no podría hacerlo sin él.
Decidí no volver. Empecé a pedir monedas a la gente que transitaba por el lugar. Algunos me daban, otros me miraban con desprecio.
Me acerqué a un hombre que estaba sentado en la vereda justo enfrente del complejo de cines. Le pregunté si podía pasar la noche ahí. Me contestó que sí. El hombre tiró unos diarios y una manta blanca sobre el piso y me dijo que durmiera arriba de ellos.
Cerré mis ojos como nunca para entrar rápido en mi sueño. No quería despertar.
Apenas podía imaginar lo que habría pasado con él. Lo que estarían pensando mis padres. Sólo me preocupaba la abuela .Ella era la única que reparaba en mí.
Esa noche soñé mucho y largo.
Esa noche en la calle no estuvo nada mal.
Esa noche marcó mi vida.
Esa noche, por primera vez, supe lo que significaba la culpa.

Graciela Amalfi- 11-12-09

miércoles, 17 de febrero de 2010

Los Yrurtia

Casa de los Yrurtia

Pureza y Trenzas


Retrato de Niña

Frutas

Hace como dos años mas o menos paso regularmente por lo que fue su casa. Con los años me van gustando mucho mas que antes nuestra historia y nuestros museos y cada vez que pasaba por allí, me daban ganas de entrar. Siempre la falta de tiempo es la mejor excusa, pero un dia con falta y todo decidí hacerlo, sin saber nada de ellos, sólo me atraía su magnífica casa y su nombre difícil de pronunciar para mi. En esta visita practicamente sola, ya que no habia gente unicamente el personal del museo, recorro esa espléndida casa fantaseando como seria la vida de un creador y su mujer, sin imaginarme que Lucía era también una artista que me atrapó por su simpleza, su delicadeza y su bajo perfil ya que las obras de R. Yrurtia son monumentales y muchos de sus estudios preliminares se encuentran allí.
Ella, Lucía Correa Morales fue hija de Lucio Correa Morales , escultor considerado el pionero de la escultura en Argentina, fue el primer escultor importante que tuvo nuestro país.
Lucía en un reportaje en la "Revista Social" del 1 de agosto de 1929 reconoce como su principal maestro a Rogelio Yrurtia "el escultor argentino pero que nació pintor y es un gran dibujante. Se puede decir que bajo su dirección he empezado a aprender de nuevo..."
En 1930 Realiza su primera exposición individual. Los géneros más visitados por Lía fueron la naturaleza muerta y el retrato, especialmente femenino o infantil, además de los croquis de bailarinas que tomaba del natural.
Contrae matrimonio con el gran escultor Rogelio Yrurtia. Juntos viven en la estupenda casa de éste en O'Higgins 2390, en el barrio de Belgrano. La misma fue construida por el escultor modificando una casa centenaria, de acuerdo al estilo barroco español.
El, Rogelio Yrurtia famoso escultor argentino.Existen obras suyas expuestas permanentemente en público en la Ciudad de Buenos Aires tales como:
Canto al trabajo
: Facultad de Ingeniería (UBA). Paseo Colón 1000, cruce con Independencia.
Monumento a Bernardino Rivadavia
: Plaza Miserere.
Monumento a Manuel Dorrego
: Centro de la ciudad. Esquina de las calles Viamonte y SuipachaJ
Justicia
: en la entrada del Palacio de Justicia, Talcahuano 550.

sábado, 13 de febrero de 2010

En el consultorio

Una de las tareas que involucra la maternidad, y para la que no estaba preparada, es la espera en el consultorio del pediatra. Imaginen la escena. Montones de chicos aburridos, algunos enfermos, otros inquietos, acompañados por sus madres y padres y/o abuelas, sentados frente a frente en un pasillo nunca demasiado ancho. Todos están aburridos de esperar y en busca de algo que los entretenga. Y ahí entro yo, con una bebé en brazos de unos pocos días o meses y me siento a esperar que me llamen, rogando por ser la próxima en la lista, para evitar alguna de estas situaciones.
Situación 1: Interrogatorio
Una o varias madres, para pasar el rato y no aburrirse tanto dirigen un interrogatorio disfrazado de diálogo amable: ¿es una nena?, ¿cómo se llama?, ¿cuánto pesa?, ¿duerme de noche?, ¿usa chupete?, ¿toma teta?, ¿es buena?
También se puede presentar en la forma de preguntas disfrazadas de pedidos de auxilio, algo así como: ¿cómo hiciste que te agarre el chupete?, ¿cómo te duerme tanto de noche?, ¿cómo haces para que sea tan tranquila?
Frente a esta situación lo único que me sale son monosílabos, para no perder las buenas maneras que me enseñó mi mamá, mientras ruego porque me llamen, antes de la próxima pregunta, mientras mi sonrisa va desapareciendo y mi tono de voz se vuelve cada vez más cortante.
Situación 2: Deseos de lucir los logros de los hijos
Empieza como la situación 1, pero se intercalan comentarios sobre los hijos de la interrogadora, que nadie pidió y a nadie le interesan, armando un diálogo que tiene más o menos esta forma:
- ¿Duerme de noche?
- Sí
- La mía dormía 10 horas desde el principio. ¿Y te agarró el chupete?
- Sólo cuando tiene mucho sueño.
- La mía nunca usó chupete, ninguna de las dos en realidad. Y dedo tampoco y se dormían solas en su cuna desde el principio.
¿Y a mí qué? Ni toda la educación de mi madre y mis abuelas pueden hacer que finja un tono interesado. Quiero que la conversación se termine o el doctor nos llame.
Situación 3: peligro nene suelto
Uno de los chicos aburridos que está esperando, se ve súbitamente interesado por la bebé que acaba de ingresar en mis brazos y se acerca peligrosamente para tocarla, gritarle o toserle encima. Y la madre, en lugar de llamarlo a su lado, se acerca diciendo “viste qué linda la nena” y desembocamos en una variante de la situación 1, en la que además de soltar monosílabos frente al interrogatorio, tengo que construir una barricada contra toses o manotazos del infante.
Situación 4: peligro madre suelta
Una de las madres aburridas que ya no tiene bebés decide retomar el contacto y se acomoda cerca para tocarla, preferentemente en la zona de piernas y cachetes, mientras dice “pero mirá qué linda”. La barricada tiene que ser contra la madre, mientras sus infantes corren y gritan por los pasillos, sin control y mi cara se va transformando al estilo Dr. Jekyll.

Hasta ahora (llevo sólo tres meses de mamá) no encontré la forma de evitar estas situaciones, pero sí unos tips para minimizarlas:
- nunca ir sola, para tener con quien hablar y hacer tu pequeño mundo al margen, sin que nadie se sienta en la obligación de darte charla para que no te aburras.
- evitar los lunes y viernes al sacar el turno. El pediatra es como el banco, en lunes, viernes y vísperas de feriados largos se junta más gente.
- evitar los primeros turnos. A media tarde van madres que no trabajan nada más que de madres y están aburridas y con ganas de charla, buscando armar una comunidad de madres que comparten el pediatra o algo del estilo. A última hora de la tarde va la gente que trabajó todo el día y tienen menos ganas de confraternizar con los acompañantes ocasionales.
- llegar sobre la hora
¿Se les ocurre algún otro tip? ¿Les pasa lo mismo en la sala de espera del médico propio o de sus hijos?
MBA

sábado, 6 de febrero de 2010

Manos entrelazadas


Mientras las gotas de lluvia

azotan estrepitosamente sobre mi ventana

Se me agolpan sensaciones que aun no llego a definir…

mezcla de añoranza con desasosiego

mezcla de fruición con placer

Vaya uno a saber hacia donde me quieren llevar los recuerdos…

El cielo se fogonea en infinitos relámpagos,

los truenos me paralizan en la soledad de la noche

Busco tu mano entre las sabanas

y la encuentro, entrelazando la mia ,

Una simple escena que se repite desde hace tiempo

y sin embargo

lo percibo como un verdadero milagro.


M.K

feb 10

jueves, 4 de febrero de 2010

Recordándolos...



RECORDÁNDOLOS...

HOY: SAMUEL BECKETT


Me llamo Samuel Beckett, a través de los años he sido llamado poeta, novelista y dramaturgo.Nací en 1906 cerca de Dublín ( Irlanda). Pasé mi vida en Inglaterra y Francia. Estudié a Descartes, escribí un ensayo crítico sobre Proust. Ellos colaborarían en sentar las bases filosóficas de mi obra. Conocí al novelista y poeta James Joyce, a quien he admirado.
Entre mis obras se han destacado la trilogía : "Molloy", "Malone muere" y "El innombrable" y la obra de teatro "Esperando a Godot". Para la mayoría de los críticos esta última fue mi obra maestra.
Recibí el Premio Nobel en 1969.
Un día de diciembre de 1989 dejé este mundo.



BECKETT no es un autor de fácil lectura, sin embargo sus palabras resultan atrapantes.
No se puede hablar de este escritor sin haber leído al menos dos de sus obras más importantes:"ESPERANDO A GODOT" y "MOLLOY".

"Esperando a Godot" detonó el "teatro de lo absurdo". Los personajes, dos vagabumbos, no hacen otra cosa que esperar a "Godot". En la espera se ven envueltos en una circularidad de peroratas y en un estado de estancamiento absoluto. Podríamos decir que no tiene argumento sino que explora una situación.
"¿Qué destaca la trama?" Sin lugar a dudas "la espera". La vida está llena de "esperas": la espera de un colectivo, de un premio, de un hijo. Y la espera de la muerte.

"Molloy" en esta novela se destacó la enajenación, la soledad, el anonimato y la falta de identidad. Todas estas características condenaron al personaje a una lucha sin sentido con su propia existencia.


GRACIELA AMALFI.

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