domingo, 11 de julio de 2010

Volver de viaje


Regresar de un viaje no es cosa sencilla.

Más cuando ese viaje fue intensamente vivido.

Vivido como en tiempo presente, dejando atrás todo los diálogos internos e insoportables murmullos que suelen invadirnos la cabeza cuando estamos en nuestro lugar de residencia

De golpe, al volver, nos damos cuenta que quedamos suspendidos, como en transito, nuestro cuerpo ha aterrizado pero nuestra cabeza quedo allá donde hayamos viajado

El segundo fenómeno extraño, es que cuando nuestra cabeza finalmente ha aterrizado aparece una voraz sensación de resistencia a zambullirse de nuevo en aquello que dejamos al viajar. No porque no nos guste, sino tal vez porque no queremos despertarnos todavía. O quizás también , descubramos que nos han dejado de atraer actividades que otrora considerábamos interesantes.

Un viaje es mucho mas que un ir a otro lugar, es abrir nuestra mente, el famoso “open mind”, es ver otras personas, culturas y tener la extrañísima sensación que todos transitamos la vida de la misma manera, estamos hermanados en nuestra condición humana, formamos parte del mismo universo.

Algo tal vez tan básico pero de significado tan profundo hace que ya no regreses de la misma manera

Haberte podido embeber de lleno en una situación tan placentera provoca que cuando vuelvas cueste muchísimo mas transitar aquellas situaciones cotidianas que no lo son .

Por ultimo quedan “las fotos “documentos” concretos que nos recuerdan puntualmente imágenes, que a su vez son disparadoras de emociones totalmente intransferibles, imposibles de poner en palabras ; que uno llevara en su haber por siempre , que formara parte de ese bagaje que uno va armando con el transitar por la vida.

Tal vez rescatar esa posibilidad de vivir “ese” tiempo presente y recrear esa conexión tan intima que tuvimos con el placer nos acerque de alguna forma a ese bienestar que supimos experimentar

3 comentarios:

  1. Que cierto todo lo que escribiste!
    Que dificil es a veces, darse cuenta de todas esas situaciones y nos forzamos a volver a nuestra rutina sin prestarnos atencion.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Muy buena reflexión Marianne, me gustó. Sencilla, sin vueltas y salida del corazón. Abrazo largo.Beli.

    ResponderEliminar
  3. Buenísimo, Marianne! Es así, la cabeza queda en tránsito y cómo cuesta volver a ubicarla! Y no sabemos darnos los tiempos que necesitamos

    ResponderEliminar

Estadísticas