lunes, 21 de septiembre de 2009

Reflexiones de una embarazada en una expo

Cuando empezamos con esta aventura de investigar y escribir, para compartir con ustedes, queridos lectores, acerca de los espacios, mi estado embarazoso me nominó como la responsable del espacio sobre maternidad.
Las circunstancias de la vida, sin embargo, me obligaron a tener que dedicar mi energía a pensar y resolver situaciones relacionadas con nuestros trabajos, nuestra casa y la ciudad donde vivir, dejando la preparación de la llegada de mi hija para más adelante. Faltando dos meses para su nacimiento, no pudimos postergar más las decisiones relacionadas con sus necesidades materiales en este mundo. Y la experiencia de preparar su ajuar merece ser compartida.
Por recomendación de una amiga, también embarazada, pero de su segundo hijo, decidí convencer a mi esposo, Ariel, para visitar la Expo AhoraMamá, en la búsqueda del ajuar de María Candelaria. Temiendo los amontonamientos de gente, previsibles los fines de semana en esos lugares, decidimos ir el viernes pasado, temprano, a pesar de las inclemencias climáticas.
Los dos somos organizados y nos gusta planificar las cosas, así que entramos al predio con una lista de lo que pensábamos buscar y ver y los precios estimados de lo mismo afuera de la muestra, para no sobrecargarnos de paquetes.
Llegamos tranquilos y pudimos hacer la primera recorrida, evaluando opciones y viendo que ofrecían en cada stand. Compramos los pañales, tamaño recién nacido, en promoción, casi a la mitad de lo que estaban en el supermercado y continuamos con los otros ítems de la lista, cuando, repentinamente, el lugar se llenó de cientos de mujeres enardecidas, armadas con cochecitos y/o panzas, corriendo desesperadas en pos de promociones, cupones de sorteos y folletos.
Sacudidos por las hordas femeninas (más temibles que las guerreras amazonas) terminamos de comprar los elementos del kit higiene y elegimos el chupete. Tratamos de acercarnos al último stand de nuestro planeado recorrido, zarandeados y arrastrados por las huestes de mujeres desesperadas, sin conseguir que ningún vendedor nos atendiera. Estaban todos muy ocupados estacionando cochecitos y hablando entre ellos o atendiendo a locas chillonas. Así que agotados, huimos despavoridos.
En el camino de vuelta a casa, Ariel me dijo, como conclusión del paseo que las mujeres embarazadas son malas cuando están todas juntas. Poco instinto maternal y mucho consumismo flotaban en el ambiente: colas de media cuadra para hacerse ecografías 4D gratis (puro comercio, ya que no se usa para diagnóstico ni control de nada, sino para tener una foto o un video), madres peleando por entrar en un stand donde podías escuchar el corazón de tu bebé (lo hacés sin hacer cola en cada consulta al obstetra, con tu esposo y en la intimidad del consultorio), luchas por cupones de sorteos, que tienen como único fin tomar tus datos para venderlos o usarlos en promociones, locutoras gritonas anunciando el stand del próximo sorteos, provocando estampidas de panzonas y cochecitos con bebés aterrorizados.
Si la preparación de la llegada de un hijo se vive así, definitivamente no estoy en esa onda. ¿Ustedes qué opinan? ¿Vivieron experiencias similares?
MBA

3 comentarios:

  1. Perdón por la recomendación amiga!. Nosotros no tuvimos otra que ir el sábado, ya que como Pio (mi marido) trabaja no teníamos elección.
    Al no tener donde dejar a Piito, nuestro primer hijo, decidimos llevarlo a la feria, no sin antes poner en la cartera el arnés de paseo para que no se nos escape corriendo en medio de la multitud.
    Llegamos y había una cola impresionante, ahí comencé con la colección de miradas feas de mi marido.
    Una vez adentro el panorama fue el que describiste, todo el mundo corriendo de un stand a otro, colas interminables en tooodos lados, ahí fue la segunda miranda.
    Sin embargo traté de mantenerme tranquila, saqué la lista que había llevado de las cosas a comprar y organicé la vuelta a dar.
    Para cuando fuimos al primer stand mi hijo ya quería estar en brazos, así que lo alzó mi marido...ahí fue la tercera mirada :S
    Haciendo de cuenta que no la había notado comenté lo barato de los pañales y fuimos a buscar, luego le dije puedo ver algo de ropa ya que de mangas largas no tengo nada....ahí mi marido simplemente desapareció, me dejó abandonada en el tumulto, ya que el odia los amontonamientos y más si son todas mujeres que empujan a todos y te miran como diciendo "ves que tengo la panza.." como si eso diera derecho a pasar sin pedir permiso....luego de una corta cola para ingresar a un local, logré conseguir la ropita que quería. Me dirigí a la caja a pagar cuando casi me comen cruda y me dicen.."la cola para pagar termina allá"...y conté 10 personas adelante. En ese momento pensé seriamente si valía o no la pena, di una mirada rápida no encontré a mi marido así que decidí ir a hacer la cola.
    Ya iban casoi 10 minutos de espera cuando llega mi marido y me pregunta ¿todavía acá? ¿qué estás haciendo? a lo que le mostré lo que había comprado. Mientras charlamos mi hijo intenta salir corriendo, mi marido otra vez me mira feo y sale detrás de él, a todo esto detrás mio otra embarazada me pregunta ¿ese era tu hijo? respondo cortante SI
    ¿y este otro cuando llega? respondo más cortante La semana que viene.
    ¿y ya sabés que es? OTRO VARON respondi
    ah ¿y vas a buscar la nena? a lo que respondí más cortante todavía MIRA CON ESTA PANZA ENORME Y COMO ME ESTOY SINTIENDO AHORA LA VERDAD NO SE SI VAYA A TENER OTRO.
    Y por suerte finalizó la discusión.
    Después de esa cola nos comunicamos con mi marido por celular, quedamos en que yo hacía el recorrido sola y lo llamaba para cuando hubiera terminado.
    Tal como te pasó amiga, terminé de comprar lo de la lista agotadísima.
    Cuando corroboré que tenía lo necesario para la llegada de Juan Martín, saqué mi celular para llamar a Pio y decirle que ya podíamos irnos.
    Para mi sorpresa encuentro 14 llamadas perdidas y 7 mensajes preguntado donde estoy y cuanto me falta.
    Nos encontramos en la puerta de salida en donde me dió la última mirada fea, subimos al auto y no volvimos a hablar de la expo hasta el día de ayer, en donde con gracia nos acordamos de la situación.
    Para colmo en algún momento cuando solté las bolsas, se me cayó una y nadie fue capaz de avisarme que dejaba algo por el camino.
    En fin, la verdad que para la expo de noviembre lo voy a pensar 2 veces antes de ir. Espero poder recordar tu situación y la mia.
    MPS

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  2. Yo para noviembre no lo engancho a Ariel, seguro...

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  3. I quite agree, consumism is affecting our quality of life in every ascpect. We just have to set it aside and not become its victims! Visit us:http://englishwithpleasure.wordpress.com

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